Las Instituciones Europeas usan para reconocer la voz ‘software’ español

En SRW trabajan una decena de personas y su propietario, Jesús María Boccio, ni siquiera es informático. Es un jurista apasionado de lo digital que ha sabido rodearse de jóvenes especialistas en software. En sólo dos años SRW ha firmado contratos con instituciones europeas.
Su éxito lo confirma el responsable del proyecto de reconocimiento vocal de la Comisión Europea, Antonio Ballesteros: “Generamos cada año 1,2 millones de páginas y tenemos 1.200 traductores, de los que 250 ya usan este sistema. Teniendo en cuenta que no está en los 11 idiomas oficiales supone una penetración del 60%”.
Las claves del éxito de SRW son tres. La primera es que el texto escrito por el propio ordenador a una velocidad de hasta 180 palabras por minuto (más del doble de la capacidad de un buen mecanógrafo) puede ser corregido por una segunda persona, que podrá cotejar (sin tocar el teclado) la fidelidad de la transcripción, pues a medida que haga avanzar el cursor sobre el texto, el ordenador reproduce la voz del autor del escrito.